Oeuvres / Un arañazo de luz
Encargo de Radio-France
Concerto para piano, percusiòn y gran orquesta, Op. 36
Orquesta de la Comunidad de Madrid (ORCAM),
solistas : Jean-Claude Pennetier, Jean Geoffroy
dir. José Ramòn Encinar, (2009)
duraciòn : 26' ca
El arte se encuentra en la naturaleza
y el que es capaz de arrancarlo,
aquel lo posee.
Albrecht Dürer
Bruno Ducol, compositor francés nacido el 22 de marzo de 1949, fue, en particular, alumno de Messiaen en el Conservatorio Nacional Superior de Mùsica y Danza de Paris, de 1973 a 1978, año en que obtuvo el Premio de Composiciòn. Conviene señalar tambien su relaciòn con España, paìs en el que residiò dos años, de 1985 a 1987, como miembro de la secciòn artistica de la Casa de Velasquez (Madrid), prestigiosa instituciòn artistica, cientìfica y cultural francesa. Entre sus fuentes de inspiraciòn, destacan la naturaleza, la poesia, Extremo Oriente, America del Sur y el mundo antiguo, en particular la Antigüedad griega, de la que es un profundo conocedor.
Un arañazo de luz (Une griffure de lumière), op. 36, la obra que se estrena en este concierto, es un encargo de Radio France. Compuesta en 2007, està dedicada al pianista Jean-Claude Pennetier y al percusionista Jean Geoffroy, quienes la interpretan esta noche con la Orquesta de la Comunidad de Madrid, bajo la direcciòn de José Ramòn Encinar. La obra es, segùn Ducol, un « concierto para piano, percusiòn y gran orquesta », si bien hemos de precisar que no responde al concepto decimonònico de concierto para solista y orquesta ; se trata, màs bien, de una sucesiòn de cuadros poéticos en los que no existe oposiciòn dramàtica entre los instrumentos solistas y la masa orquestal. El propio compositor precisa que « un poco a la manera de Monteverdi, este ‘concierto' propone toda clase de intercambios y de mezclas instrumentales que construyen, o rompen a veces, tal o cual motivo de la orquesta o de los solistas. […] Como en el primer Barroco, efectos de eco o contrastes dinàmicos asocian a veces otro plano concertante a los timbres y a la atmòsfera ambientes. Asi, por ejemplo, las vibraciones del piano o efectos armònicos mezclados con las percusiones metàlicas producen ilusiones acùsticas apenas audibles ».
El titulo de la obra, en español, es Un arañazo de luz, espresiòn debida al escritor y ensayista francés Roland Barthes, quien ve en el haiku japonés huellas de pincel sutiles y ligeras como un « arañazo de luz ». Y, de hecho, a la manera de los haiku, los materiales melòdicos, rìtmicos y armònicos expuestos en la primera parte de la obra, a los que el compositor se refiere como « pictogramas », son retomados y variados con mucha habilidad a lo largo de toda la pieza, articulando asi « formas de diàlogo mùltiples ».
Este fresco sonoro de gran sutileza y refinada tìmbrica se compone de cinco partes que reflejan las etapas de un diàlogo entre el hombre y la naturaleza, una « naturaleza volcànica » segùn el compositor, cuya descripciòn sintética de la obra traducimos del francés :
I. ‘Los fuegos de la isla'. Santorini o Sicilia, Java o La Reuniòn, pero también las islas igualmente volcànicas de Circe, Calipso, Pròspero …
II. ‘Tremor'. Las vibraciones del tremor, en el conducto magmàtico, emiten sonidos de muy baja frecuencia y anuncian una erupciòn inminente.
III. ‘El velo de los sueños'. Cuando el paisaje se cubre de fumarolas, los espacios concretos se evaporan.
IV. ‘La negra turbaciòn de los cuerpos … girocéfalo'. El volcàn es un cuerpo lleno de secretos y de atractivos : su boca, su cabello entorchado pegado a los costados, su respiraciòn jadeante, sus vapores y sus derrames …
V. ‘Los dominios de Hefesto'. Un mito antiguo nos revela que Hefesto habrìa forjado la primera mujer en el vientre del Etna … ».
Observamos que el compositor se inspira en ideas e imàgenes que catalizan su imaginaciòn y encuentran, mediante un profundo trabajo compositivo, su correspondencia en el mundo de los sonidos. Sin embargo, su mùsica no es programàtica, ni naturalista, ni descriptiva ; es màs bien, la espresiòn de un complejo mundo de ideas, emociones, recuerdos, impresiones y sensaciones.
Yvan Nommick, Madrid, enero 2009.
Encargo de Radio-France, esta obra esta dedicada a Jean-Claude Pennetier y Jean Geoffroy.
Ed. J.P. Rubin, 2010.